

Doce de espadas
Nada podía hacerme sospechar que la noticia que iban a darme el pasado 25 de abril al descolgar el teléfono iba a ser la de tu muerte, Pastora. Estaba acabando de recoger unas cosas para salir de casa por la mañana cuando de repente… - ¿No te has enterado…?
- ¿Qué? ¿De qué? No, ¿qué pasa?
- Hostia, que me va a tocar decírtelo a mí… “¿¡¿Qué pasa?!?” Por esas ya sabía que lo que venía a continuación iba a ser difícil de digerir.
Su voz le delataba. Menuda faena la de tener q